El año en el que Leonardo Da Vinci inventó la servilleta.
Rafael Lema
No hay artista más legendario que Leonardo da Vinci. En toda la historia del Arte, ningún otro nombre ha generado más debates, más discusiones y más horas de estudio que el genio nacido en Vinci en 1452. Pintor, escultor, arquitecto, científico e investigador, la figura de Leonardo ha generado multitud de leyendas, mitos, rumores. Pero Leonardo tambien fue el inventor de un curioso objeto, la servilleta, cuando era el encargado de programar los festejos en el palacio de su señor, en Florencia. En el siglo XV no se usaban, la gente comia con las manos, y luego se las lavaba, secándose al propio mantel de la mesa. Tenemos la redaccion del hecho de su mano, pero el genio toscano dudaba de la eficacia de este invento y de su popularidad, porque al principio tuvo escaso éxito. “Nuestras mayores tonterías pueden ser muy sabias” dejó escrito.
Así lo describe el propio Leonardo "Al inspeccionar los manteles de mi señor Ludovico , luego que los comensales han abandonado la sala de banquetes,nos hallamos contemplando una escena de tan completo desorden y depravación, más parecida a los despojos de un campo de batalla que a ninguna otra cosa que ahora considero prioritario , antes de pintar cualquier caballo o retablo , la de dar con una alternativa . Ya he dado con una. He ideado que a cada comensal se le dé su propio paño que, después de ensuciado por sus manos y su cuchillo, podrá plegar para de esta manera no profanar la apariencia de la mesa con su suciedad.¿Pero cómo habré de llamar a estos paños?¿Y cómo habré de presentarlos?"
El embajador de Florencia en Milán, Pietro Alemanní, escribe en 1491 sobre este experimento del genio toscano, la primera vez que se utilizaba la servilleta en la mesa "Ultimamente ha descuidado sus esculturas y geometría y se ha dedicado a los problemas del mantel del señor Ludovico, cuya suciedad le aflige grandemente. Y en la víspera de hoy presentó en la mesa su solución a ello, que consistía en un paño individual dispuesto sobre la mesa frente a cada invitado destinado a ser manchado, en sustitución del mantel. Pero con gran inquietud del maestro Leonardo, nadie sabía como utilizarlo o qué hacer con él. Algunos se dispusieron a sentarse sobre él. Otros se sirvieron de él para sonarse las narices. Otros se la arrojan como por juego. Cuando hubo acabado la comida , y el mantel principal quedó ensuciado como en ocasiones anteriores, el maestro Leonardo me confió su desesperanza de que su invención lograra establecerse".
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