Xosé Manuel Lema
@xmlema
Mikel Lejarza habló en la radio. Lo hizo este fin de semana. De madrugada y en “La Rosa de los Vientos”. Compartiendo micrófonos con el conductor del espacio Bruno Cardeñosa y con el colaborador y gran experto en temas de espionaje, Fernando Rueda.
Varias décadas después de su infiltración en ETA, sus comentarios incitan a pensar que el estado no ha agradecido suficientemente toda su labor y los riesgos asumidos. Pese a pertenecer al entonces Seced(hoy CNI) “Lobo” estuvo varias veces en el filo de la navaja. Y sin llegar esa mano amiga que en teoría lo protegía. Posiblemente tendremos algún día sus memorias, en la que ponga los puntos sobre las íes.
De momento nos quedamos con algunas reflexiones que nos llamaron la atención en la fantástica entrevista emitida en “La Rosa de los Vientos” de Onda Cero.
Se desmanteló una parte de ETA, pero la infiltración pudo dar más resultados
“El fin mío era buscar el final de ETA. Yo estaba dispuesto a seguir hasta el último momento. Pero hay un momento en el que tus jefes consideran que se hizo más de lo que se habían imaginado y lo terminan ahí”.
El riesgo de ser liquidado por tus propios compañeros
“Todos los agentes corremos el riesgo de volvernos incómodos y quieren deshacerse de uno. Hubo un momento, en que se habló de liquidarme pero en el último momento ganó la parte que no quería hacerlo. Pasé una noche con la pistola en la mano esperando que mis compañeros vinieran a liquidarme”.
“Me sentí totalmente ignorado. Se había colgado las medallas y se olvidan de uno. Te quedas como instrumento y en la oscuridad”.
Sin huellas
“No he podido asistir ni a las bodas de mis hermanas ni al entierro de mis padres”.
Sobre ETA
“Hoy en día quieren justificar a ETA de tal manera que se erigen en padres e la democracia. A mi no me pueden engañar. Odiaban a España y tenían un odio impresionante a la Guardia Civil. Cambia la forma y los tiempos pero el fin es el mismo”
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