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viernes, 15 de junio de 2012

Una ciclogénesis azotó al Serpent


El naufragio del Serpent. La primera ciclogénesis.



Rafael Lema

Una borrasca nacida en Irlanda causó en la Costa da Morte los días 8 y 9 de noviembre  de 2010, uno de los temporales más fuertes y destructivos de los últimos años, con numerosos daños materiales en los puertos de la zona, olas de 16 metros , que alcanzaron picos de 20 metros, y una semana de inestabilidad en el mar e imposibilidad de faenar a la flota. Se trataba de Becky, la tormenta perfecta. Una ciclogénesis explosiva, una borrasca que se profundiza a una velocidad muy rápida, y combinada con otros factores, como la coincidencia de lo peor del temporal con la pleamar, y nuestra propia ubicación da lugar a un fenómeno climático complejo y peligroso. 


El Noroeste de la Península, por su posición en la Frons Hispaniae, la frente del país, está expuesto a olas que han viajado durante kilómetros por el océano y rompen en Galicia a la máxima distancia posible desde el punto en el que se generaron. Pero, curiosamente, no estamos ante una circunstancia nueva, provocada por el cambio climático; mirando las crónicas del pasado podemos encontrar noticias de fenómenos parecidos, que dieron lugar a recordados desastres. 




Las borrascas que se originan en el Atlántico norte, empujadas por la corriente en chorro, encuentran en Galicia su primer contacto con tierra, sobre todo en las costas aventadas al “nordés”. De este modo, se dan las circunstancias idóneas para los temibles temporales, más que en otro punto del país. En el caso de Becky, los meteorólogos destacan la confluencia de mar de fondo con las olas generadas por los vientos locales del noroeste, que llegó a máximos de 120 kilómetros por hora, lo que multiplica la fuerza con la que el mar alcanza la tierra. A ráfagas más intensas, mayor altura de ondas, a lo que sumamos la dirección de las rachas, soplando de mar a tierra. La palabreja ciclogénesis, no obstante, ya empieza a sonar familiar, para distinguirla de galerna, ciclón, fuerte temporal. Recordemos el no tan lejano Klaus. Pero si nos vamos 120 años atrás, cotejando datos en ambas orillas del Mar Celta, podemos localizar una cita histórica de un pariente de Becky y Klaus. Un antepasado que causó una de las tragedias marítimas más recordadas en la Costa da Morte, la del HMS Serpent.


Porque algo parecido ocurrió cuando sucedió el naufragio del acorazado de guerra inglés Serpent el 10 de noviembre de 1890. Los partes de la época hablan de fuerte viento, mar de fondo en el Canal y en el golfo de Vizcaya. De las borrascas que se originan en el Atlántico norte, empujadas por la corriente, que rompen en nuestras costa en donde logran sus picos de fuerza y destrucción. Así se constata en la prensa gallega y nacional. Pero también en los informes del Almirantazgo inglés de la época y otros documentos recientes. Y por eso podemos concluir que con un lejano antepasado de Becky se encontró el famoso buque de guerra en el peor de los escenarios, entre Camelle y Vilán, tras haber emprendido la travesía del Canal con el inicio de esa borrasca nacida en el Mar de Irlanda y que lo acompañó hasta precipitarlo contra los fatídicos bajos de O Boi. 



Así leemos en los Annals of Liverpool que el 7 de noviembre de 1890 sucede en las costas occidentales inglesas un gran temporal, con viento duro, que provoca la inundación de los canales marítimos de Manchester en una radio de seis millas en los sectores de Thelwall y Eastham. La crónica habla de grandes pérdidas para armadores y comerciantes, “heavy gale, great damage done to shipping and property, the Manchester ship canal flooded for about six miles, Thelwall and Eastham sections”.
Estamos pues ante una borrasca formada en el Mar de Irlanda, que unos días después llega a nuestras costas en donde rompe en un ciclo parecido a la acción de Becky. Esta fue la causa verdadera del hundimiento del Serpent fuera de enrevesadas conjeturas. Siguiendo la misma fuente inglesa vemos como en estas fechas del fin del verano son frecuentes los temporales que se inician en aquellas costas y llegan a las nuestras, y así se corroboran los datos británicos con los siniestros documentados en la Costa da Morte con evidentes coincidencias. En octubre del mismo año1890 la flota inglesa del Canal de la Mancha estaba refugiada en Liverpool, al mando del vicealmirante Michael C. Seymour y el almirante Loftus Mersey. 


Aunque el 19 de julio ya se avisaba de una fuerte tempestad en el Canal. Y en el transcurso de la temible borrasca nacida el 7 de noviembre en Irlanda, el día 12, 30 horas después del Serpent, se hunde en Corcubión el vapor inglés Derwenwater. Las mayores tormentas que citan las fuentes británicas a las que he tenido acceso recientemente suceden el 15 de marzo de 1905, y el 27 de febrero de 1903. Esta última calificada de “terrific gale” tendrá como consecuencia en la costa de Ferrol del siniestro del acorazado inglés Prince George. 


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